lunes, 30 de septiembre de 2013

Escrito de Pablo para el funeral de su abuelo.


Querido abuelo Tito,
Ya han pasado dos años desde que te fuiste, dos años en los que aún sin estar con nosotros has sembrado amor como no te imaginas. Ver a tanta gente que ha estado cerca de nosotros a lo largo de este tiempo es un claro ejemplo de lo que sembraste a lo largo de tu vida y cosechaste en abundancia durante todos estos años.
Yo creo que si tuviéramos la oportunidad de estar frente a ti un último momento, más que decirte algo, te preguntaríamos algo a ti.
Yo en particular, no sabría si preguntarte una vez más sobre tu historia de cómo es que te fuiste a Estados Unidos, o que me contaras sobre alguno de tus viajes al Amazonas, a Asia o a Europa, siempre con ese detalle que caracterizaba tus narraciones.
Gracias por compartirnos tu vida a través de tantas y tantas historias, gracias por hacernos parte de tu historia de enamorado apasionado a través de tus relatos de cómo fue que conociste a la abuela y te casaste con ella, cuáles son las claves para tener un matrimonio como el tuyo. Gracias por demostrarnos con tu ejemplo y testimonio que el enamoramiento es algo de todos los días, y que no se termina con el matrimonio o con el paso de los años.
Gracias por compartirnos tu pasión por el conocimiento y la innovación a través de tus múltiples inventos y soluciones prácticas ante los problemas que la vida nos presenta, no importando cuantos kilos de acero o tornillos esto implique. ¿Porqué subir a regar las plantas del techo si ellas pueden bajar a nosotros? ¿Cómo perder los lentes para la computadora si estos están amarrados a ella? ¿Cómo no escuchar el teléfono o el timbre de la casa cuando toda la calle los puedo escuchar? En fin, yo creo que cada uno de nosotros podemos enlistar innumerables experiencias y momentos que vivimos contigo.
Gracias por querer tanto a la abuela, siempre describiéndola como una mujer fuera de serie, entregada a ti y a su familia, Gracias por querer tanto a tus hijos y preocuparte por su formación y hacer tuyos sus problemas. Gracias por considerar a cada una a tus nueras y yernos como uno más de tus hijos, aconsejándolos, platicándoles y recibiéndolos en la familia como un papá.
Gracias por querernos tanto a tus nietos.
A nosotros sin duda nos tocó muy poco del carácter duro que tus hijos a veces recuerdan, siempre dándonos todo lo que queríamos, aconsejándonos y preocupándote por cada uno de nosotros y compartiéndonos tu cariño junto con la abuela.
Gracias también por recibir y querer tanto a los futuros miembros de la familia. Sin duda ellos son privilegiados por haber tenido la oportunidad de conocerte y haber compartido contigo todos esos momentos que caracterizan a la familia Maass.
Gracias abuelo por inculcarnos la fe y ser testimonio de vida cristiana, siempre poniendo a Dios ante todo y confiándole en María cada momento de tu vida.


Finalmente, gracias por ser un mexicano orgulloso de su país, siempre preocupado hasta el último minuto sobre cómo mejorarlo a través de tu compromiso con tu partido político.

Abuelo, ahora que nos ves desde allá arriba, te toca consentirnos aún más. Cada día tu ausencia será más notoria, y sabes la falta que le vas a hacer a la abuela, a tus hijos y a nosotros tus nietos. Por eso tienes que estar más cerca de nosotros. Desde allá arriba nos conocerás más y sabrás lo que necesitamos, así que ahí te lo encargamos.

Te queremos mucho.

Tu nieto.

Pablo

jueves, 25 de julio de 2013

Malinalco


Malinalco

 

Cuántas veces hemos oído de los niños de la calle, cuántas de los niños huérfanos de guerra y cuántas más hemos oído de niños que andan esperando que alguien los adopte porque nunca conocieron quienes fueron sus padres.

No tenemos ni idea de lo que esto significa.

El tener una familia, es la fortuna más grande que un ser humano puede tener: La sensación de pertenencia; La sensación de que a alguien le importamos; La sensación de protección; La sensación de que nos quieren; La sensación de relación con seres con quienes compartimos la misma sangre o genes o, a quien queremos por encima de todo (como es el caso del matrimonio). “Eso es la familia”.

Podremos ser muy diferentes, pero hay un hilo invisible que nos une por encima de: desavenencias, intereses, personalidades, gustos, ausencias, cosas materiales, temores, etc.

Y eso, es lo que percibimos en nuestra última reunión en Malinalco.

Creo que, el gusto y la alegría con el que acudimos, se vio acrecentada a la salida, después de convivir una vez más, todos los que pudimos asistir y también a los que extrañamos.

Salimos de la rutina, del estrés, de las preocupaciones, de los deberes, de los enojos, de las frustraciones, de los rencores y hasta de los achaques.

Disfrutamos del campo, del sol, de la bruma, de la lluvia, del paso del tiempo, de la comida y bebida (por más sencilla que esta fuera), de las comodidades o incomodidades de no estar en casa, de poder patear y golpear una pelota, de jugar en la alberca, de beber sin miedo al alcoholímetro, de los juegos de mesa, de los pasteles de Mariana, del video de Luis, del lodo y los baches, pero sobretodo, de la convivencia, con todo lo que esto conlleva: risas, chistes, bulling, música, dinámicas y especialmente, de las revelaciones artísticas de muchos que no se hicieron de rogar.

La misa dominguera en un convento reconstruido, con todo lo que esto significa de historia y, después, los helados de la plaza con su tianguis multicolor, donde puedes encontrar desde ricos frutos exóticos hasta sombreros para la boda de Chicho y Ceci.

¡Somos afortunados!

Gracias abuelo por estar entre nosotros.

Gracias a todos los que trabajaron para que esto se lograra.

Gracias todos los que, con esfuerzo, llegaron y vieron que valió la pena, sentimos que otros no pudieron venir, pero los tuvimos presentes.

Gracias a Chio y a Chicho por soportar nuestras bromas.

Gracias a Dani que llenó de ternura la reunión.

Gracias a Memo por no fallarnos como fotógrafo oficial pese a que iba de “rodríguez”.

Gracias al trabajo de Lilia, aun que le costó un buen porrazo, a Leti y Javier por los lindos álbumes.

Gracias a Tere y Riqui, a Héctor y Margarita, porque ser buenos anfitriones.

Gracias a Gualu y a Tere Rivero Borrell, que nos facilitaron su casa.

Gracias Margarita, por tu esfuerzo, generosidad y cariño con que organizaste todo.

Especialmente, gracias a Dios por esta oportunidad más de poder estar en familia.

 

LMM

lunes, 8 de julio de 2013

Carta de Alicia.


Recordando al Abuelo a un año de su muerte

(Alicia Maass S.)

Me acuerdo aquella vez cuando iba en quinto de primaria, que en la escuela estábamos haciendo experimentos de ciencia. Yo tenía un libro de muchos experimentos, algunos de ellos fáciles y otros difíciles. Quería hacer uno no tan fácil, pero no sabía cómo. Entonces cuando escogí el que iba a hacer, se me ocurrió la idea de pedirle al Abuelo que me ayudara, ya que sabía que él era muy bueno para todo lo mecánico. Un sábado que he Abuelo podía ayudarme, fui a su casa y me Nevó al taller. Ya había entrado al taller antes, pero por alguna razón me sorprendí mucho esa vez. Me acuerdo que me empezó a enseñar todas las herramientas y aparatos que tenía y yo estaba muy asombrada de cuántas cosas había. Tenía herramientas para todo lo que me podía imaginar. Mientras que me ayudaba a hacer mi experimento, me enseñaba y explicaba para que sirviera cada aparato que iba utilizando, la soldadora, la sierra, etc. Cuando terminamos, no podía estar más feliz. El experimento había quedado idéntico al del libro.

También, cuando era chiquita, en una boda me habían dado una corona de metal. Me encantaba esa corona porque como tenía "diamantes" que obviamente no eran de verdad, yo creía que sí lo eran. Un día se me rompió y yo estaba muy triste, pero mi papá me dijo que probablemente el abuelo me la podía arreglar. Y efectivamente, se la di un domingo y al próximo domingo que fui, ya la había soldado y quedo como nueva

lunes, 27 de mayo de 2013

Carta de Ceci al Abuelo


Abuela

No sé ni por dónde empezar... la verdad es que por más que le doy vueltas son tantas cosas las que vivimos con el abuelo que es difícil de encontrar una muy significativa.

Soy una persona muy sensible y creo que hasta la fecha cada que veo una foto del abuelo se me salen las lágrimas, y aunque en parte son de tristeza de no tenerlo entre nosotros también son de alegría, ya que me pongo a ver todo lo que construyó en su larga vida y todo lo que vivió y me doy cuenta de que él está muy tranquilo descansando y viéndonos como nos damos de topes para resolver los problemas que se nos cruzan en el camino.

Creo que fui muy afortunada de poder vivir muchas cosas con los abuelos, viajes, fiestas, historias, consejos... no solo tengo un recuerdo del abuelo, sino millones de ellos, pero algo que viví con él y me gusto muhisisísmo hacerlo, fue el haber compartido su pasión por el taller de herramientas, me acuerdo mucho que ayudó a hacer mi entrega de diseño industrial, donde EL Y YO construimos una mesa en su taller, creo que soy muy afortunada de haber podido compartir el taller del abuelo con él, yo sé que ese espacio era muy importante para él, donde pasaba largas horas construyendo nuevos inventos para la casa y aunque el chiste era que yo hiciera el trabajo a pesar de enseñarme cómo usar las cosas para no lastimarme, al final lo acababa haciendo el, porque nunca dejó que me pasara algo allá abajo, pero siempre era su ilusión esperarme en la tarde con su cara de emoción para empezar a trabajar en el proyecto de su nieta la más grade...

Algo de lo que soy muy afortunada es de haber podido presentar a Chicho con el abuelo, a pesar de que siempre trataba de robarnos unas horas para platicarnos del matrimonio, era muy padre ver como se interesaba también de todo lo que le platicaba chicho, yo estoy segura que su sangre cubana los unía más de lo que uno creería :)

 

Siempre tuve el gran sueño e ilusión de que el abuelo estuviera el día de mi boda y bailar con él como mi segundo papá y que conociera a mi primer hijo, y aunque sé que el abuelo no estará físicamente en esos momentos tan importantes en mi vida, me conformo con que conoció y quiso muchísimo a chicho, que siempre le tuvo muchísisismo afecto y admiración.

 

Tengo algo muy grabado en mi mente: 2 días antes de morir, un domingo o sábado no recuerdo bien, fuimos a visitar al abuelo, chicho y yo, y al despedirnos le dijo a Chicho que no me dejara ir, que tenía a una mujer extraordinaria a su lado y que me cuidara mucho... es una imagen que JAMÁS se me va a ir de la mente... Y ahora entiendo que ese momento fue la mejor despedida, que aunque al día siguiente lo fuimos a visitar y vimos EN BUSCA DE LA FELICIDAD con el todo el día, ese fue su momento con nosotros.

 

En fin .. si sigo no dejaría contar sus historias a los demás, que estoy segura que son divertidas y tan conmovedoras como las mías.

 

Abuela gracias por hacernos recordar días tan padres y bonitos del abuelo... ya estoy aquí llorando en la oficina de acordarme de todo esto.

 

Te quiero mucho

 

Ceci

lunes, 29 de abril de 2013

Sobre reflexiones del Dr. Roberto Maass


Las reflexiones sobre temas humanos, sociales, filosóficos y teológicos del Dr. Roberto Maass  Escoto

El Dr. Roberto Maass pionero de la medicina nuclear en México, fue en vida persona inquieta,  muy cuestionador en toda clase de temas. Defendía sus convicciones y razones con amplitud buscando la verdad más allá de lo que usualmente se pensara o dijera. No le gustaban en modo alguno todos esos términos difusos, confusos y profusos, llenos de emotividad que en muchos libros, artículos de internet suelen poner los filósofos, teólogos y humanistas ampulosamente. Detestaba las definiciones imprecisas, ambiguas formuladas de manera abstracta que llevaban a los autores a sacar conclusiones apresuradas de dudosa calidad intelectual.

Escritor prolijo, más que con pluma con su computadora, la cual usaba con destreza teniendo ya más de ochenta años. El correo electrónico lo usó ampliamente para comunicarse y   defender sus puntos de vista con mucha convicción,  con sus amigos, familiares, colegas, sacerdotes y personas de páginas de la web que le parecieran cuestionables.

Los temas de reflexión en torno a la familia eran los de sus preferencia, mostrando especial interés sobre el aspecto de una vida que se comparte, donde aprender a comunicarse a entender el lenguaje no verbal representa un elemento importante. Hablar del matrimonio como un contrato legal le resultaba un tanto cuestionable, porque el amor en la familia no puede reducirse a unos derechos y obligaciones. Entenderlo así representa, según sus consideraciones, fuente de muchos males y totalmente opuesto al amor.  Es la individualidad de la persona  algo que el derecho no puede abarcar de manera adecuada. La justicia de la que habla la ley  no puede compararse con la relación generosa del amor en donde la persona cuenta una a una, en contraste con la manera indefinida, vaga que lo hace una ley que se aplica homogéneamente dejando las condiciones del individuo en la oscuridad.

Otro de los temas que desarrolló con gran interés es el de los Valores que en la actualidad la Filosofía en su rama de la Axiología nos presenta con gran amplitud pero con gran ambigüedad de interpretaciones. Tanto así que dándose a la tarea de buscar listas de valores en diversos portales, se encontró que de 112 conceptos tomados como valores tan sólo nueve coincidían en las cuatro listas presentadas en las páginas consultadas.  El aspecto de satisfacción para el sujeto fue lo que encontró como elemento que tipificaba a los diferentes llamados valores, inclinándose más por una interpretación subjetivista de éstos que hablar de cualquier sustento físico para los valores.

Le preocupó  mucho la disparidad de puntos de vista entre la ciencia y la religión; el ateísmo cerrado que encontró en científicos y algunos colegas,  pero también los puntos de vista de sacerdotes  con mentalidad anacrónica cerrados a la ciencia. Religioso como era, consideraba que  la existencia de la sexualidad en la correspondencia física fisiológica entre el hombre y una mujer representaba racionalmente una prueba incontrovertible de una Inteligencia  Superior, cuya existencia  el azahar no puede explicar de ninguna manera. Así como no podemos entender la perfecta correspondencia entre un tornillo y una tuerca surjan del azahar no podemos encontrar la simple casualidad explique la sexualidad humana sin intervención de alguien que lo haya planeado. Sin embargo para su sorpresa este tema del sistema reproductivo humano consideraba que muchos religiosos dentro y fuera del clero no lo tenían como  adecuado tratarlo, por pensar que era sucio o indebido,  siendo a su entender, una de las mayores maravillas de la creación.

El ser humano como imagen de Dios, decía, comparte con Él su capacidad de creación.  Inventor nato, siempre busco soluciones creativas en su ámbito profesional pero también llevó su creatividad e inventiva a su entorno. Aficionado a lo electrónico no le faltaron oportunidades de crear un sistema de controlar automáticamente el riego del jardín o poner un timbre especial que destacara el sonido del timbre de la calle, pero también desarrollo su ingenio a todos los ámbitos de su entorno, hasta el final de su vida  con pequeños artilugios para, ordenar sus archivos,  ahorrar agua e incluso últimas fechas uno que  le servía para evitar que se le cayeran los calcetines, usando una especie de  resorte dispuesto con imaginación.

Otro tema de orden psicológico filosófico  en el que reflexionó ampliamente es el de la conciencia  psicológica y  moral como una inflexión del espíritu  fundamental del hombre que le diferencia  de  los animales, de manera un tanto asombrosa. También en el campo de la epistemología se interesó mucho por la abstracción y los conceptos universales, porque eso de lo abstracto y universal le resultaba muy sospechoso. Siendo de nacimiento cubano, sufrió en carne propia el que su familia tuviera que huir de Cuba siendo el muy chiquillo,  para nunca volver. Todo  por culpa de un gobierno socialista, que busca borrar la individualidad de cada persona, tema que le causó aversión a  todo concepto abstracto, incluso en el tema de la  Ciencia y la Filosofía. Así en sus reflexiones sobre el conocimiento consideraba que lo abstracto y universal representaba una manera empobrecida de lo conocido, deficiente de la información que nos puede dar cada cosa conocida. Para explicar el conocimiento se encontró con  la  Teoría de la Información la cual decía que en el siglo XX representaba uno de los adelantos en la Teoría del Conocimiento más significativos desde época de la Antigua Grecia.

El tema del bien común y la situación de la pobreza como un problema personal fue asunto que debatía con acaloramiento, por la problemática difusa que representa para los especialistas en doctrina social su definición y la manera concreta en que incide en las personas el bien o la pobreza. Los políticos empeñados en arreglar las cosas con leyes representaban para él un error por cuanto quedaban muy cortos en cuanto la posibilidad de resolver la situación de cada prójimo. Apoyó en su inquietud,  todas las causas humanas, y sociales que le parecieron dignas de ser tomadas en cuenta y hasta sus últimos días buscó participar en política o donde pudiera aportar algo.

Aunque escribió mucho, publico pocos artículos fuera del ámbito médico y científico, sobre todo por su afán de perfeccionismo.  Hacía versiones distintas de lo que reflexionaba y las ponía a la consideración de su esposa, sus hijos y amigos corrigiéndolas, vez tras vez, teniendo nueve, diez o más versiones del mismo tópico. Entre lo que sí publicó, tiene una semblanza sobre  el investigador de la pedagogía Pablo Latapí al corto tiempo de fallecer éste y con quien llevó una entrañable amistad. También tiene otro sobre su encuentro con los escritos de Gilber Chesterton, escritor inglés, que era uno de sus favoritos.

Solía contar que  en las madrugadas es cuando le venían de repente, muchas de sus ideas de las que escribió. Teniendo textos sobre variedad de temas no médicos  suficientes para cuando menos dos libros sobre tópicos diversos como: la persona, la conciencia, la abstracción, la familia, la comunicación, la existencia de Dios, la información, los valores, la creatividad, el prójimo, la ley y el amor, la libertad, entre muchos otros. Escritos  algunos breves y otros extensos, teniendo incuso una recopilación de ideas interesantes que quería desarrollar algún día…  Conocedor de la ciencia en general, la biología, la medicina, la física, religión y variedad de ámbitos de la cultura, por no hablar de la cantidad de experiencias de viajes y congresos internacionales a los que  asistió fue una persona que hasta sus últimos días  se preocupó más allá de la medicina, por toda clase de ámbitos  humanos, religiosos, políticos, sociales y a últimas fechas por las anécdotas  de su historia personal familiar. Patriarca de más de 50, entre hijos y nietos,  no dudaba en platicar con aquellos que le parecía necesitados de consejo, sobre su familia, sobre el noviazgo, sobre los regalos, entre otros y plantearles aquello que su experiencia y sabiduría  en sus más de ochenta años le autorizaban decir. Reflexivo y cuestionador representa un ejemplo de un pionero en la medicina nuclear pero también una persona con amplitud de horizontes geográficos, intelectuales, políticos, teológicos, filosóficos  y humanos en general. Aunque no siempre fuera fácil de convencer o discutir con él.

Eric Belmont Moreno

Su sobrino “filósofo” que en multitud de tardes visitó para platicar y escucharlo.

México, D. F. a 1° de noviembre de 2011

lunes, 1 de abril de 2013

Todo era parte del encanto


Todo era parte del encanto

Los viajes de Papá al rio Amazonas, a las Rocallosas, a la Selva Negra, a los parques nacionales de Eslovenia etc., etc. son legendarios y hablan de la atracción que la naturaleza ejercía sobre él y también sobre Mamá, que aunque no los iniciaba, siempre era materia dispuesta. Estos son conocidos porque Papá nos hablaba mucho de ellos. Cuando la familia era joven y antes que él y Mamá pudieran viajar tanto, Papá ejercía su gusto por la naturaleza de otra manera menos conocida excepto por quienes lo experimentamos y gozamos. 

Cuando te quería convencer de algo bueno para ti, Papá siempre contaba con argumentos irresistibles. Así Javier y yo acabamos en el grupo 21 de los scouts (lobatos). Sus argumentos en este caso provinieron sin duda de esa pasión que tuvo por la naturaleza y el descubrimiento de sitios de belleza inesperada o recóndita o las dos cosas. Tuvo razón porque lo que más recuerdo de los scouts no era necesariamente las amistades entrañables que hubiera cosechado o lo que haya aprendido para sobrevivir en la selva, sino más bien las docenas de sitios que visitamos y el olor a fogata durante los campamentos a Valle de Bravo, Peñas Cargadas, Las Estacas, Los Azufres, Zempoala, Hacienda de Conde de Regla, los Gigantes de Tula y otros lugares que ya no recuerdo de nombre.

Otra manifestación de la atracción de Papá por la naturaleza fue su empeño en organizar viajes de "día de campo" prácticamente cada semana. Para este fin, Papá y Mamá tuvieron, a lo largo de muchos años, tres camionetas en sucesión: la Plymouth azul, la Chevrolet Malibu y la Ford verde con paneles de imitación madera. Antes de la primera y después de la última, la familia era más pequeña. Ya sea porque todavía no éramos todos los que ahora somos o porque algunos de los que somos, ya habíamos dejado la casa familiar o porque éramos adolecentes... En esto contrastábamos con otras familias de amistades que preferían ir al club o buscar entretenimiento en la ciudad - o en casa.

Papá y Mamá definitivamente tenían mucha pasión por estos viajes, primero porque salir con múltiples niños, cargando con lo necesario para proveer sustento y diversión, era todo un bata clan; exigía profunda motivación y tolerancia por el caos. Segundo, porque en dos ocasiones hicimos, en las camionetas aludidas, viajes de gran envergadura: uno en el 1959 o 60 a Durango vía Mazatlán y otro en 1962 hasta la ciudad de Nueva York  vía Texas, Luisiana, Tennessee, Mississippi, Virginia, Washington, Maryland, Delaware, Pennsylvania, New Jersey y... de regreso. Los motivos y los destinos nunca faltaban: a visitar a algún pariente olvidado de provincia, a visitar algún sitio arqueológico, a pasear a un visitante internacional o, simplemente, ir al "campo". Esto último quería decir coger cualquier carretera, detenernos en cualquier sitio, tranquilo, sombreado y de buen aspecto en donde pudiéramos estacionar la camioneta, abrir la puerta de atrás (que se abría hacia abajo para formar una mesa) y distribuir la comida. Después, correr un poco, treparse a algunos árboles, cazar uno o dos tigres en la maleza, andar en bicicleta a campo-traviesa, correr con el perro (sí, todo eso era parte del cargamento) y exasperar a Papá y Mamá con algún pleito, chichón, fractura o algo similar. Después, recoger, contar niños y emprender el regreso. Todo era parte del encanto.

Las miles de diapositivas que Papá tomaba con su Voigtländer registran las bellezas naturales a que nos expuso así como los momentos más presentables de esos viajes.

Eso fue muy formativo para mí por dos razones, por un lado la apreciación de la naturaleza y del incomparable territorio mexicano y por otro, la tolerancia por la incomodidad de estos viajes en que todos (incluyendo Papá y Mamá) teníamos que ejercer la práctica y arte de la flexibilidad física y mental. Si no por convicción, por amor a la paz. Así, aprendimos a controlar, el hambre, el cansancio y las ganas de ir al baño. Experimentamos el pánico y la angustia (o en algunos casos la excitación) de perder hermanos (as) en bosques, mercados y ciudades ajenas; encuentros desafortunados entre el coche y vacas o venados y otros terrores de viajar por carreteras angostas, en la obscuridad o, en su oportunidad, bajo condiciones climatológicas perversas. Estas últimas vicisitudes nos hacían rezar en silencio -para no delatar alguna falta de confianza en Papá o Mamá (aunque a veces me preguntaba si no tenía compañía en mis plegarias o si era el único que clavaba las uñas en la vestidura del coche cuando, por ejemplo, la intensidad de la lluvia impedía ver para donde seguía la carretera). Me acuerdo en particular cuando subimos al cráter del Nevado de Toluca un día frío y sin sol, a lo largo de una carretera de aspecto improvisado que cuando no se desvanecía bajo la envoltura de una bruma densa, se confundía con la ladera de ceniza arenosa y negra del volcán por donde, pensaba yo, nos íbamos a despeñar en cualquier momento. No gocé mi visita a cráter porque sabía lo que seguía: el descenso por el mismo camino -y posiblemente el último. Tenía mucha confianza en Papá pero la verdad es que, desde la perspectiva exagerada de un niño, el precipicio estaba muy empinado y la ceniza demasiado suelta para contar con ella para sostener una camioneta cargada con la familia entera. Todo era parte del encanto.

Por cierto en todos nuestros viajes no había excusas para dejar de observar la obligación de la misa y en consecuencia conocimos igualmente muchas iglesias coloniales, obscuras, en pueblos remotos y sobrecargados de olores simultáneos a claveles, incienso y fritangas en donde nos sometíamos a sermones que se alargaban por las reverberaciones sobre los muros que los hacían incomprensibles. Todo era parte del encanto.

Recordando nuestro último gran encuentro con el abuelo, hace un año, no es ni irónico ni sorprendente que ocurrió en uno de estos viajes familiares. Esta vez a Malinalco; con misa, arqueología y todo lo demás. Todo era parte del encanto.

Robi,

Septiembre 2012

jueves, 27 de diciembre de 2012

La Dignidad


Mayo del 2002

LA DIGNIDAD.
 

En nuestros tiempos filósofos y escritores afirman con frecuencia la igualdad de los seres humanos.  Esta aseveración resulta muy atractiva para muchos porque intenta borrar comparaciones enojosas entre personas en beneficio de los menos dotados quienes resienten el resultado de la comparación como una injusticia humillante que despierta en ellos un estado emocional a veces insoportable y que es  producto, afirman, de una actitud dolosa de parte del que juzga. Lamentablemente, la reflexión muestra en ocasiones que el juicio fue objetivo y no existe tal injusticia y la realidad. En tales casos no queda para el perdedor sino aceptar humildemente el resultado y luchar por remediar la causa de la inferioridad. Otras veces predomina el amor propio y  la soberbia se yergue arrogante cuestionando la honestidad del juez que, asegura, se dejó llevar por prejuicios y no tomó en cuenta argumentos manifiestamente en su favor. Es claro que en estos casos cualquier afirmación universal sobre la igualdad de los seres humanos es bienvenida y respaldada acaloradamente. Si hacemos uso, sin embargo, de esa capacidad humana de reflexionar sobre nosotros mismos, llegaremos indefectiblemente a la conclusión de que no hay dos seres iguales. Siempre habrá diferencias que nos aseguran que somos UNICOS E IRREPETIBLES, aunque siempre reconociendo la existencia de parecidos o semejanzas entre  personas. Es indudablemente cierto que los rasgos faciales podrían asemejarse hasta cierto punto, pero también es verdad que estas características de  igualdad tienen un límite y que, a fin de cuentas, somos únicos e irrepetibles, como se dijo anteriormente. 

Es necesario reconocer también que las comparaciones descritas con anterioridad no son necesariamente las únicas que se toman en cuenta al valorar a una persona y que siempre existen compensaciones: alguien  o algo podrá carecer, es cierto, de alguna cualidad en grado destacado pero también es cierto  que puede sobrepasar en alta medida al comparado en otra característica o virtud.  Además,  debe señalarse que no se trata de valorar a la persona en sí,  sino de evaluar su grado de adecuación para realizar una función.  Así se dice que “tal persona es  poco o muy valiosa para “realizar tal función o para tal propósito”. Aquí entra en juego lo que decíamos antes respecto a los valores: algún ser u objeto podrá adecuarse en alto grado a  una demanda o necesidad en tanto que, en otro caso, no se ajusta como deseáramos que lo fuera. Esta adecuación, cuando se trata de personas se llama DIGNIDAD. La “DIGNIDAD” de una persona es la medida de su capacidad para llenar una o varias funciones específicas. La dignidad de un gobernante expresa que posee las cualidades que lo capacitan para gobernar y que cada función que demanda el puesto será satisfecha en grado de excelencia con la capacidad o habilidad del funcionario para cumplirla. Esa capacidad constituye su DIGNIDAD. Se dice por tanto, que un gobernante es indigno de su puesto  cuanto no posee las virtudes para cumplir las obligaciones que su  empleo demanda o que sus vicios lo hacen incapaz de cumplirlas. Se califica a una persona como “DIGNA de encomio” cuando sus virtudes le permiten con creces, realizar lo que se espera de ella.   También se dice que una persona es “DIGNA de tal puesto” cuando su valor lo indica para tal empleo o bien que “tal puesto, empleo o cargo es de tal manera importante que le confiere “GRAN DIGNIDAD” a la persona que capazmente lo ocupa. En ese caso se da al que lo ocupa el calificativo de DIGNATARIO.
 
RMM